Nota publicada en Calambur.cl



Tras nueve años de defensa de su barrio y las ganas de preservar un estilo de vida alejado del crecimiento desenfrenado de la ciudad de Santiago, los vecinos de Matta Sur celebraron el decreto publicado en el Diario Oficial el pasado mes de agosto que los declara como Zona Típica.

En ese sector de la capital se encuentra una Biblioteca Vecinal que durante los últimos años se encarga de fomentar la lectura y llegar directamente a las familias. Un proyecto inclusivo, en donde la municipalidad y los vecinos son parte de la iniciativa gestionada por la Fundación Vive el Patrimonio.
“El concepto de las bibliotecas vecinales es que están insertas en el barrio y son tan parecidas a un almacén de barrio, de tal manera que las personas que van a comprar pan a la esquina, o cualquier otra cosa, pasan y se llevan un libro a la casa”, nos cuenta Gisela López Alfaro, directora de la fundación y periodista, quien tuvo el apoyo de la Municipalidad de Santiago para hacer realidad esta biblioteca en su propia casa.

Más de 2 mil libros de alta demanda y el mobiliario son parte del apoyo municipal, mientras que el lugar y la gestión administrativa es un aporte de la fundación para la iniciativa que hoy es parte de la red de bibliotecas vecinales de la comuna de Santiago y que desde el 2017 pasará a ser parte de la red de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM).

Desde trámites online y ser un centro de atención ciudadana, hasta ayudar a buscar mascotas perdidas es parte del aporte más allá de prestar libros. “Estar muy cerca de los vecinos, quienes no tienen que tomar una locomoción para ir a buscar un libro, y que los atiende otro vecino también le da proximidad. No es como en otras bibliotecas donde la situación es mucha más impersonal”, agrega.

La mayor diferencia de esta biblioteca vecinal, es que está instalada en la primera casa reciclada del Barrio Matta con material reciclado. 

El comentario del cuento por una lectora


“El libro es muy bueno, es entretenido. Estaba muy divertido, porque ella se enamoraba de su profesor y después de su zapatero. Tenía 23 hermanos y nueve de ellos habían muerto. Tenía una hermana que se llamaba Sarita. Y le gustaban mucho las plantas y las flores”, dice Valentina Pafián, de 9 años de edad, una de las primeras lectoras del libro en la biblioteca vecinal, en el facebook de la Fundación Vive el Patrimonio.

Link de la nota: http://calambur.cl/teresita-dedos-verdes-llega-a-la-biblioteca-vecinal-del-barrio-matta-sur/


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